Este trabajo es un intento de hablar de Ética en Psicoanálisis, pero en realidad es la ética del hombre mismo. En los albores de la humanidad no existía moral, dominaban las fantasías primordiales o proto-fantasías: canibalismo, incesto, parricidio, filicidio. El reinado del Ello era absoluto. En Los instintos y en sus destinos, Freud señala en Obras completas, tomo II (1915): La historia de la libido repite una secuencia más antigua en el desarrollo que la propia historia del Yo.
"Siglo de guerras y dictaduras, ideologías y xenofobias, de intransigencias sin paso a la democracia...
Pareciera que vivimos en la Era del Vacío pero computarizados.
Pareciera que el hombre es el único destructor de la vida en el reino animal.
Pareciera más bien ser un demonio escéptico que un trasnochado Dios que no otorga justicia ni libertad.
Luego, Dios no existe, pero hay un ser demoníaco que destruye, con sus actos, el concepto de civilización: el hombre.
O, existe Dios, pero no sabemos encontrarlo en nuestro interior."
Octavio Paz
Este trabajo es un intento de hablar de Ética en Psicoanálisis, pero en realidad es la ética del hombre mismo.
En los albores de la humanidad no existía moral, dominaban las fantasías primordiales o proto-fantasías: canibalismo, incesto, parricidio, filicidio.
El reinado del Ello era absoluto.
En Los instintos y en sus destinos, Freud señala en Obras completas, tomo II (1915):
La historia de la libido repite una secuencia más antigua en el desarrollo que la propia historia del Yo.
La libido repite las condiciones evolutivas de la rama de los vertebrados, mientras que la del Yo, es dependiente de la historia de la especie humana.
En la antigua Grecia la psicología y la ética florecen en el pensamiento de sus filósofos médicos y literatos: Sócrates, Platón, Aristóteles, Hipócrates, Esquilo, Sófocles y Eurípides.
El pensamiento pitagórico y luego el presocrático, plantearon las diferencias del bien y del mal, de lo bello y lo feo, de la verdad y la mentira, de lo sagrado y lo profano (Resnik, 1994).
El término Ética fue incorporado a la filosofía por Aristóteles.
Los sofistas pretendían enseñar la virtud política y el respeto al otro.
Platón desarrolló la ética de la convivencia en su tratado "La República" y los grandes trágicos, Esquilo, Sófocles y Eurípides mencionan la Ley del Talión, la culpa y las necesidades reparativas del ser humano.
En el siglo IX y X la Psicología se confunde totalmente con la Teología, al grado de imaginar que la enfermedad mental es producto del pecado, surge la Demonología y la Gran Decadencia.
Escuchemos un fragmento del libro Antipalus Maleficiorum:
No hay punto de nuestro cuerpo que las brujas no puedan dañar, se posesionan de los seres humanos y los entregan al diablo para que los torturen con dolores extraños, también entran en relaciones carnales con ellos.
Desgraciadamente el número de brujas es grande en cada provincia y los inquisidores y jueces no pueden vengar tales delitos.
El diablo no atrae ni engaña al hombre, el hombre prefiere sucumbir al mal y tiene que ser responsable de esta elección, hay que castigarlo, su alma mantenida en cautiverio pecaminoso tiene que ponerse en libertad, tiene que ser liberada y el cuerpo debe ser quemado.
Fue el destino del enfermo mental durante cuatrocientos años.
Esto constituye un claro ejemplo que en las instituciones como en los individuos, cuando crecen los estados paranoides, se incrementan las defensas maníacas.
Lo esquizoparanoide es desorganizante por el temor y la agresión que contiene; las defensas maníacas utilizan la omnipotencia para vencer los objetos malos, pueden destruirlos y devolverles la vida.
Para aquellos frailes de la Edad Media aquella mano que bendice: mata.
En el siglo XVI aparece la primera revolución psiquiátrica.
Juan Luis Vives (1492-1540), proclama el respeto al enfermo mental, su interés por las emociones del hombre que sufre y por su libertad, es un verdadero antecesor de los filósofos, políticos y sociólogos del siglo XIX.
A su lado destacan Tomás Moro, Johann Weyer y otros.
Vives puede ser considerado como el padre de la psicología empírica moderna y el antecesor de la psicología dinámica del siglo XX.
Romántico y humanista, enaltece a la mujer y la paz entre los hombres y las naciones.
A fines del siglo XIX surge el Psicoanálisis y la segunda revolución psiquiátrica.
Su creador Sigmund Freud (1856-1939), descubre que existen fuerzas ocultas que rigen la conducta.
Freud, el gran visionario, al intentar comprender la conducta llegó a los orígenes de la moral.
En el año de 1930 Freud afirma: "Quien fija el objeto vital es simplemente el principio del placer, principio que rige las operaciones del aparato psíquico, principio cuya adecuación y eficiencia no cabe dudar, por más que esté en pugna con el mundo entero, tanto con el macrocosmos como con el microcosmos".
Hablando de la agresión, expresa:
La verdad es que negamos con agrado que el hombre es una criatura tierna necesitada de amor y que sólo osaría defenderse si se le atacara; sino un ser en cuyas disposiciones instintivas debe incluirse una buena parte de agresividad.
Por consiguiente su prójimo no le representa un posible colaborador y objeto sexual, sino también un motivo de tentación para satisfacer en él su agresividad, para explotar su capacidad de trabajo sin retribuirle, para aprovecharlo sexualmente sin su consentimiento, para apoderarse de sus bienes, para humillarlo, para ocasionarle sufrimientos, martirizarlo y hasta matarlo.
En El malestar en la cultura (1929-1930) explica las modificaciones que ocurrieron en el aparato psíquico:
¿Qué le ha sucedido al hombre para que sus deseos agresivos se tornen inocuos? Es algo sumamente curioso que nunca hubiéramos sospechado y sin embargo parece natural.
La agresión es introyectada, internalizada, devuelta en realidad al lugar donde procede, es dirigida en contra del propio yo, incorporándose a formar una parte de éste, que en realidad resulta ser el Superyó, que se opone a la parte restante y asumiendo la función de conciencia moral, despliega sobre el Yo, la misma dura agresividad que el propio Yo habría satisfecho en contra de individuos extraños.
La tensión creada entre este severo Super yo y el Yo subordinado al mismo, la calificamos de sentimiento de culpabilidad y se manifiesta bajo la forma de sentimiento de castigo.
Por consiguiente la cultura domina la peligrosa inclinación agresiva del individuo debilitándolo a éste, desarmándolo y haciéndolo vigilar por una instancia como una guarnición militar en una ciudad conquistada.
A fines del siglo XIX, Freud había descartado la seducción infantil y había comenzado su autoanálisis en el cual descubre el complejo de Edipo, el inconsciente y la universalidad de la sexualidad infantil, estos descubrimientos llevan a establecer una polaridad entre lo biológico y lo humano y una modificación radical en el campo de la Ética.
Desde Sócrates y Platón, la Ética presupone un sujeto único e indivisible, centro del pensamiento y de la acción, con Freud el sujeto deja de ser dueño de sí mismo para comprender que su conducta y motivación obedecen a fuerzas ocultas propias de su historia infantil.
A partir de entonces el hombre no puede ni debe ser juzgado como antes, surge una nueva dimensión ética en la historia de la humanidad.
Otro autor que me interesa presentar es, Jacques Lacan, ya que aborda el narcisismo, la herida narcisista y el establecimiento de la ley y la moral.
Él imagina que el ser humano tiene una representación fantástica, desintegrada, fragmentada, incoordinada del sí mismo, y en su intento de alcanzar la perfección, ésta culmina cuando la madre se lo confirma narcisistamente.
La imagen de su cuerpo reflejada en el espejo y en los ojos de la madre es una imagen anticipatoria de lo que quisiera ser: la perfección del sí mismo.
Cree ser lo que el espejo o la mirada de la madre le reflejan, queda así apresado a una ilusión a la que intentará aproximarse siempre en la vida, el Mito de Narciso.
Al encontrarse rodeado de otros seres humanos queda ligado a repetir con ellos esta imagen anticipatoria que le ofreció la madre.
Este Yo ideal es una imagen de lo que no somos pero queremos ser, imagen mítica y narcisista que el hombre busca incesantemente.
El ideal del Yo por el contrario surge cuando el sujeto descubre el registro simbólico ofrecido por el padre.
El deseo humano primordial no es lo biológico inmediato, es el deseo imaginario especular y narcisista.
La universalidad narcisista la describe Anatole France en La isla de los pingüinos (1952) cuando dice: "Siempre que el hombre haya sido amamantado y mirado por una mujer, será consagrado en el tiempo e iniciado en el misterio de lo divino.
En la infancia probó y miró el fruto del árbol de la vida, sabe que es bueno y ya no lo olvidará jamás".
¿Y qué papel representa el padre? El padre debe privar a la madre de esta fusión identificatoria, para que esto se produzca es necesario la aprobación de la madre del mensaje paterno y así transformarse en portavoz de la ley del padre: "Madre, no yacerás con tu hijo, hijo, no reinfetarás a tu madre".
Lacan describió el conflicto que existe entre la ley y el deseo, la ética se asienta sobre la aparición de esta ley que marca la prohibición absoluta del incesto y del parricidio.
En un intento mío de sintetizar la influencia parental sobre la conducta, trataré de señalar la influencia de la madre y después la del padre.
El alcance ético de la madre lo señala bellamente Bión en Volviendo a pensar (1957) cuando dice:
Si la madre es tranquila y serena, su actitud permitirá al bebé tolerar la frustración y así realizar la tarea de aprender a pensar, pensar es poder tolerar las emociones que producen la ausencia de la madre, pensar es aprender a simbolizar, así el hambre se transformará en displacer que permitirá la espera, la soledad en compañía y el miedo de estar muriendo en ansiedad.
La importancia ética del padre será acompañar al hijo y ser guía y maestro en lo siguiente:
Ayudarlo para que pueda tolerar el máximo dolor que representa la separación de la unidad y hacerle comprender que no es dueño del cuerpo de la madre.
Que la leyenda de Edipo es fundamental en la constitución de la cultura, si hay consumación incestuosa habrá parricidio, orgía y promiscuidad social.
Que existe un orden natural y que la solidaridad humana se basa en la identificación parental positiva, para respetar a los seres humanos de nuestra misma especie.
Que somos parte de una evolución natural y que debe existir una inquietud para develar los misterios de la naturaleza.
El psicoanalista como ser ético
Siempre nos ha preocupado el valor ético del Psicoanálisis, los elementos históricos y culturales de nuestro momento actual nos exigen ser éticos más que nunca.
Horacio Etchegoyen en Los fundamentos de la técnica psicoanalítica (1986) nos señala:
Puede decirse que la Ética es una parte de la técnica o más bien lo que da coherencia y sentido a la técnica del psicoanálisis en su raíz ética.
La Ética se integra a la teoría científica del psicoanálisis, no como una simple aspiración moral sino como una necesidad de su praxis.
Etchegoyen después afirma: "En otras disciplinas en hasta cierto punto es factible mantener una disociación entre la profesión y la vida, pero esto le resulta imposible al analista".
El analista debe poseer características humanas que le permitan desarrollar un sincero interés ante el dolor humano y responder al igual que la madre para que el paciente pueda tolerar la frustración y realizar la tarea de aprender a pensar y así transformar el displacer en espera, la soledad en compañía y el miedo de estar muriendo en ansiedad; además al igual que el padre, lo acompañará a romper la simbiosis, a aceptar la ley edípica y proveerlo de una identificación paterna que carecía, amén un interés por la reflexión y la investigación.
Si nos referimos al juramento Hipocrático de la medicina, vemos que encierra una deontología basada en el respeto por el paciente y en el cuidado de no abusar de la posición de superioridad para beneficio propio, estas mismas recomendaciones se extienden para el terapeuta y el psicoanalista, pero además debe poseer la honestidad como estilo de vida, ya que somos un paradigma identificatorio de la conducta.
Freud (1937) en Análisis terminable e interminable dice que la situación del analista está fundada sobre el amor y el reconocimiento de la verdad.
También habló del culto al psicoanálisis que son leyes y reglas que constituyen el contrato y el proceso analítico.
Señala igualmente que la verdad es lo inmutable y que ayudar al paciente a superar el dolor mental es una de las metas del psicoanalista.
Asimismo que es ético no juzgar al hombre y comprender que es la medida de todas las cosas.
También que la ética es además de la búsqueda de la verdad, entender y perdonar al hombre.
Jesucristo, Ghandi, La Madre Teresa de Calcuta no son concebibles sin esa elevación espiritual.
Conclusiones
El conflicto básico de la humanidad ha sido la confrontación entre los instintos y la cultura.
Los sociópatas, homicidas y perversos son aquellos sujetos que no internalizaron los valores de la ley, de la familia y de la cultura.
La historia nos ha demostrado que cuando las generaciones han abandonado la cultura y el humanismo, han surgido acontecimientos que ponen en peligro la supervivencia humana.
Freud fue el primero en conocer las profundidades del alma, repitió en numerosas ocasiones: La inteligencia es el único medio que tenemos para dominar nuestra vida instintiva, la situación ideal será la de una comunidad que hubiera sometido sus impulsos al dictado de la razón.
El último siglo ha ampliado la percepción que el hombre tiene de sus motivaciones inconscientes que surgen de su herencia animal, de su historia emocional y de su alineación interna, precisamente este siglo nos ha conmovido con la aparición de dos guerras mundiales, el holocausto de cinco millones de judíos y la aparición de la energía nuclear con fines destructivos.
Nunca el hombre había descendido tanto en sus instintos destructivos como nunca antes se había elevado en el dominio de la naturaleza y de la tecnología.
Consideramos como posible, el advenimiento de una democracia mundial y la necesidad de que todo niño sea un hijo deseado en una familia donde domine el amor.
El futuro queda depositado en nuestra inteligencia y nuestra supervivencia como raza, depende de nuevas alternativas éticas y de un compromiso con nuestro presente.
Necesitamos urgentemente cambios en todos los niveles, en los padres, en los educadores y maestros, en los líderes políticos y religiosos.
Apoyémonos en la esperanza, si asumimos que no hay esperanza, descartamos su existencia, las leyes de la evolución ven en todas partes transiciones y transmutaciones, signos de una lucha dinámica.
El hombre actual con su inteligencia reconoce que lleva residuos de las emociones de la infancia y que cada generación aporta al destino humano, un conflicto entre sus metas éticas y racionales y sus fijaciones infantiles.
El conflicto básico de la humanidad ha sido la confrontación entre los instintos y la cultura.
Existe la necesidad de trasmitir a las generaciones venideras que tal vez exista un Dios, pero no sabemos encontrarlo en nuestro interior.
Resumen
Es un intento de reflexionar en el momento actual, entre la sobrevivencia vs.
la muerte, donde dominan las guerras, las dictaduras y las xenofobias.
Para ello revisamos la historia de la humanidad, desde los albores de la misma hasta el siglo XXI, pasando por la Grecia de Pericles y el Oscurantismo.
Surge el Psicoanálisis y con Freud aparece una nueva dimensión en la historia de la humanidad, el hombre ya no puede ser juzgado como antes.
La ética es la búsqueda de la verdad y la historia nos ha demostrado que cuando las generaciones han abandonado el humanismo, han surgido acontecimientos que ponen en peligro su supervivencia.
También se revisan los vínculos éticos de la madre y el padre con el hijo y se llega a la conclusión que el futuro y nuestra supervivenvia como raza dependen de nuevas alternativas y de un compromiso con las generaciones futuras.
El hombre actual reconoce que lleva residuos de las emociones primitivas pero también ha desarrollado caminos encumbrados y que cada generación aporta destinos nuevos.
Somos un fragmento en la historia del tiempo y toca al Psicoanálisis iniciar estos cambios.