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Han hecho uso de internet una o dos veces en el último año para hacer comentarios desagradables sobre otras personas. Según el estudio norteamericano, son el 17% de los jóvenes entre 10 y 17 años.

Carmen Rodriguez F. El Mercurio 2006

Una investigación mostró que quienes practican el "ciberbullying" tienen más conductas agresivas y más síntomas depresivos que el resto de sus compañeros.

 

No se trata de conductas "propias de los adolescentes".

No son prácticas "normales".

Acosar y agredir a otros por internet son acciones que esconden serios trastornos sicológicos y de adaptación social.

 

 

Un estudio realizado en 1.500 escolares estadounidenses de entre 10 y 17 años mostró que todos los que incurren en este tipo de prácticas muestran muchas más conductas de agresividad y de transgresión de límites que los que no lo hacen.

 

 

Incluso, aquellos que incurren en este "matonaje virtual" sólo una o dos veces al año tienen el doble de conductas agresivas que los que no lo hacen nunca.

 

 

La investigación -realizada por las doctoras Michele Ybarra y Kimberley Mitchell, y publicada por la revista especializada "Journal of adolescent health"- clasifica a los hostigadores virtuales en tres categorías (ver recuadro).

Los jóvenes que entraron en cualquiera de las tres muestran notables diferencias con aquellos que nunca han incurrido en estas prácticas, conocidas como "ciberbullying".

Círculo peligroso

El quebrantamiento de las reglas se da tres veces más en los "ciber-matones" ocasionales y siete veces más en los frecuentes, comparados con los que no usan la web con esos fines.

También se observa que los ciber-acosadores frecuentes tienen tres veces más conflictos con los adultos que los cuidan, y muestran el doble de retraimiento y de síntomas depresivos.

Y más del 50% reporta haber sufrido a su vez hostigamiento de parte de sus compañeros, ya sea virtual o en persona.

"Es un círculo que forma parte de los fenómenos sociales: le haces a otros lo que te han hecho a ti", advierte el psicólogo Rodrigo de la Fabián, del Centro de Salud del Adolescente Ser Joven (Lo Barnechea).

Por eso, agrega, es tan importante atacar este problema desde muy temprano.

Para De la Fabián -también académico de la Universidad Diego Portales- la importancia de este estudio es que "pone de relieve que los agresores "on line" padecen serios problemas, y que es necesario intervenir con ayuda especializada incluso ante aquellos que lo hacen ocasionalmente".

Margarita Rojo, psicóloga perito del Instituto de Criminología (Policía de Investigaciones), señala que las conductas de "ciberbullying" dan cuenta clara de trastornos de la personalidad.

"Quienes agreden de esta manera están mostrando rasgos paranoides: perciben a los demás de un modo amenazante y, para mantenerlos a raya, los agreden.

También revelan rasgos de narcisismo: se creen todopoderosos y con el derecho de agredir a los demás, y no tienen la capacidad de ponerse en el lugar de los otros", explica Margarita Rojo.

Detrás de este afán de dañar a otros hay "mucho dolor".

"Ellos mismos pueden haber sido agredidos incluso por sus personas más significativas".

Claramente, agrega la psicóloga, estas son personas que necesitan ayuda especializada en salud mental.

"Tienen que ir a una psicoterapia y no a una de corta duración", señala.

Sin embargo, lo complicado es poder detectar a quienes incurren en estas conductas, ya que una de las características del ciber-matonaje es el anonimato de los agresores.

En Chile, estas agresiones no son investigadas por la policía ya que no son constitutivas de delito, salvo que el material que se suba a la red involucre a menores en pornografía.

En algunos estados norteamericanos se han dictado leyes en relación al matonaje, "las que piden que las escuelas establezcan políticas frente a esto", cuenta Nancy E.

Willard, directora ejecutiva del Centro por el Uso Responsable y Seguro de Internet (Oregon, Estados Unidos).

Enfrentar el problema

Con amplia experiencia en el tema, ella asegura que el anonimato de internet no es una barrera infranqueable cuando se quiere encontrar a los agresores.

"Los adolescentes dejan pistas que una investigación exhaustiva puede resolver".

Afirma que en la mayoría de los casos, la identidad de los matones se llega a conocer.

Entonces, el castigo "debe tener relación con el daño que se causó y se debe dar la oportunidad de repararlo".

Nancy Willard cuenta su experiencia con tres adolescentes "ciber-acosadoras" que participaron en un taller que ella impartió.

"Estaban totalmente arrepentidas de lo que habían hecho, y ahora participan en un grupo de trabajo juvenil que está tratando de enfrentar este tema, en el área de Rochester, estado de Nueva York".

Proyecto de ley en Chile

Ya ingresó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley que busca penalizar a quienes exhiban o distribuyan por internet material que contenga conductas de acoso escolar.

Fue presentado por las diputadas del PS, Denise Pascal y Clemira Pacheco, las que consiguieron un compromiso de apoyo del Ejecutivo a través del ministro de Justicia Carlos Maldonado.

Denise Pascale afirma que, más allá de la legislación punitiva, este problema debería abordarse en forma preventiva.

"Debe ser trabajado a nivel escolar, promoviendo las buenas relaciones entre los compañeros desde 1° básico".

Cambio

A medida que los hostigadores van creciendo en edad, van disminuyendo las prácticas de hostigamiento en persona y van aumentando las de ciber-matonaje, según señala el estudio.

Tipos de agresor

Limitados:

Han hecho uso de internet una o dos veces en el último año para hacer comentarios desagradables sobre otras personas.

Según el estudio norteamericano, son el 17% de los jóvenes entre 10 y 17 años.

Ocasionales:

Han hecho comentarios desagradables a través de internet entre 3 a 5 veces y han acosado a alguien en dos oportunidades en el último año.

Son el 6% de la muestra.

Frecuentes:

Han hecho comentarios desagradables más de 6 veces en el último año, y entre 3 a 5 veces han acosado a alguien en la web.

Corresponden al 6%.