Expertos de centro de atención para este grupo etáreo señalan que un tercio de las consultas se deben a problemas de salud mental. Conflictos familiares y alimentarios son principales trastornos de adolescentes Anorexia bulimia, depresión y déficit atencional son algunos de los principales trastornos que presentan los jóvenes.
ADOLESCENCIA
Expertos de centro de atención para este grupo etáreo señalan que un tercio de las consultas se deben a problemas de salud mental.
Conflictos familiares y alimentarios son principales trastornos de adolescentes Anorexia bulimia, depresión y déficit atencional son algunos de los principales trastornos que presentan los jóvenes.
Un apropiado vínculo afectivo y padres involucrados con ellos protegen de estos problemas.
De acuerdo con la doctora Verónica Gaete, el 70% de las consultas de los jóvenes tiene que ver con problemas físicos, muchos de los cuales están relacionados con la obesidad: "Entre un 20% y 25% de los adolescentes tiene problemas importantes de sobrepeso, lo que provoca además una serie de conflictos emocionales.
Otro porcentaje presenta alteraciones del desarrollo puberal (retardo del crecimiento), problemas ginecológicos (infecciones vaginales o atraso de la primera menstruación), además de problemas del metabolismo (bocio e hirsutismo) y ortopédicos, incluida la escoliosis y traumatismos deportivos, entre otros".
Desde hace 10 años comenzaron a surgir en Chile los primeros centros especializados en salud adolescente.
Esta semana se inauguró en Lo Barnechea SerJoven, un centro de salud exclusivo para ellos perteneciente al Depar-tamento de Pediatría de la Facultad de Medi-cina de la Universidad de Chile.
La doctora Verónica Gaete, directora del centro, explica que un tercio de las consultas de los adolescentes corresponde a problemas vinculados con la salud mental, que van desde conflictos con los padres hasta trastornos más severos, como anorexia, depresión y déficit atencional.
Según la sicóloga de SerJoven, Carolina López, esto se explica porque en la adolescencia los jóvenes son muy vulnerables y están expuestos a todo tipo de riesgos, debido a que es una edad de cambios hormonales, cognitivos, sicológicos, etc.
Los temas que aquejan a las jóvenes en el campo de la salud mental son variados, pero los más comunes son los conflictos familiares.
Estos pueden estar históricamente instalados en el núcleo familiar, como las separaciones o los conflictos conyugales, pero también pueden surgir al comienzo de la adolescencia.
"Es común que los padres tengan dificultades para adaptarse en forma sana a la transición de su hijo a la adolescencia y, sin querer, boicotean y dificultan el proceso de individuación, o formación de la propia individualidad, que requiere su hijo para crecer", dice la sicóloga.
Como alrededor del 85% de los trastornos alimentarios debuta en la adolescencia, éste también suele ser un diagnóstico frecuentemente en consulta.
"La presencia de anorexia y bulimia entre los jóvenes es un fenómeno que va creciendo casi como una epidemia.
Muchas veces está vinculado a rasgos de personalidad obsesiva, pero también a una transición a la adultez difícil, que se da en el contexto de una familia donde los procesos de individuación están costando mucho", asegura Carolina López.
Animo depresivo
La especialista sostiene que aunque el ánimo depresivo o ansioso es casi inherente a la adolescencia, hay un grupo de jóvenes que presenta trastornos como la depresión o la distimia (manifestación más leve pero duradera).
Estos se revelan en esta etapa de la vida con irritabilidad más que con tristeza, un síntoma clásico de la depresión.
"Cualquier evento les perturba mucho y reaccionan con agresividad, también suelen estar constantemente fatigados y distraídos", dice.
Los trastornos de adaptación son otro de los problemas que presentan los jóvenes.
Estos se asocian a eventos determinados como, por ejemplo, fracasos escolares, conflictos con compañeros de curso, disfunciones familiares, pérdidas afectivas significativas y problemas asociados al desarrollo.
De acuerdo a la sicóloga, los primeros rompimientos con pololos y las peleas con los amigos también afectan la vida emocional de los adolescentes, aunque muchas veces los padres minimicen su importancia.
Conducta y rebeldía
Con respecto a los problemas conductuales, las especialistas concuerdan que suelen ser los padres o los colegios quienes envían a los jóvenes a consulta.
Carolina López advierte que no se deben confundir los trastornos conductuales con crisis normales de esta etapa de la vida, donde suele ocurrir que un adolescente se vuelva más contestador o agresivo.
"La rabia muchas veces actúa a favor de la adolescencia, porque ayuda a la independencia.
Pero los jóvenes con problemas de conducta suelen acarrear conflictos desde la niñez o incurren en otros problemas, como no respetar normas sociales, por ejemplo, hacer la cimarra con frecuencia, roban o salir de su casa y no llegar hasta el otro día", describe la experta.
En cuanto a problemas de sexualidad y drogas los adolescentes suelen mencionarlos después de muchas sesiones con los especialistas.
El consumo ocasional es frecuente, pero la dependencia es menor.