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El complejo de Edipo es la aparición de un cúmulo sentimental de amor y odio, en el que el niño ama a uno de sus padres, y odia al otro. Comúnmente, este sentimiento de amor excesivo es dirigido hacia el progenitor del sexo opuesto.

MARTA ALARCÓN 23/08/2023

Complejo de edipo: qué es y cómo tratarlo

Conoce los síntomas de este trastorno

Complejo de edipo: qué es y cómo tratarlo
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El complejo de Edipo es la aparición de un cúmulo sentimental de amor y odio, en el que el niño ama a uno de sus padres, y odia al otro. Comúnmente, este sentimiento de amor excesivo es dirigido hacia el progenitor del sexo opuesto.

Síntomas

 

Los síntomas de las personas con este trastorno son:

  • Irritabilidad. El niño está constantemente en un estado de tensión nerviosa. Está abrumado por sentimientos negativos: ira, odio, celos, resentimiento. Estos sentimientos se mezclan y provocan reacciones inadecuadas.
  • Excesiva exigencia, capricho. El niño trata por todos los medios de atraer la atención de uno o dos padres (dependiendo del tipo de la condición compleja). Demuestra su resentimiento en cualquier ocasión, hace berrinches y se niega a realizar las actividades habituales.
  • Dificultades con la separación. El niño siente mucho dolor al separarse del objeto de su apego. No puede aceptar el hecho de que su amado padre no estará cerca de él por un tiempo. El niño se pone nervioso, llora, hace berrinches.
  • Negación de comunicarse. Un niño con manifestaciones del complejo de Edipo a menudo se niega a comunicarse con sus compañeros. Quiere estar con la madre o el padre todo el tiempo, ya que sólo su presencia directa permite que el niño se sienta tranquilo y seguro.
 

Tratamiento

Este trastorno no suele ser tan grave en niños, pero si la persona tiene 30 años y no ha conseguido superar esta etapa de desarrollo, estas son las soluciones:

  • Admitir el problema. El paso más importante es reconocer esa dependencia tan intensa. Tomar conciencia de lo que ocurre y ver cómo afecta a tu vida diaria es el primer avance para encontrar la motivación y la voluntad para superarlo.
  • No resistirse a la protección materna que nos sitúa en una zona de confort y seguridad. Pero, hay que tomar las propias decisiones. No temer no contar siempre con la aprobación de la madre e intentar tener un criterio propio para alcanzar la madurez.
  • Acudir a un profesional. Si el problema es persistente y sigue afectando, la mejor opción es acudir al psicólogo o terapeuta. Un experto proporcionará las herramientas para afrontar esa dependencia emocional y apoyará a la persona en todo el proceso.