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Silvina Zecler es psicóloga y, desde niña, una sistemática estudiosa de la Torá ,el libro sagrado y fundamental de la religión judía, con las leyes y relatos fundacionales del pueblo y la identidad hebrea. En la confluencia de esas dos pasiones nació Mazal, un libro que propone una lectura inspiradora de los textos bíblicos a la luz de los conceptos y enseñanzas del psicoanálisis.

SILVINA ZECLER

Mazal un diálogo entre la Torá y el psicoanálisis

 

 
 
 
 

SILVINA ZECLER ES PSICÓLOGA Y, DESDE NIÑA, UNA SISTEMÁTICA ESTUDIOSA DE LA TORÁ ,EL LIBRO SAGRADO Y FUNDAMENTAL DE LA RELIGIÓN JUDÍA, CON LAS LEYES Y RELATOS FUNDACIONALES DEL PUEBLO Y LA IDENTIDAD HEBREA. EN LA CONFLUENCIA DE ESAS DOS PASIONES NACIÓ MAZAL, UN LIBRO QUE PROPONE UNA LECTURA INSPIRADORA DE LOS TEXTOS BÍBLICOS A […]

 
 
 
 
 
 

Silvina Zecler es psicóloga y, desde niña, una sistemática estudiosa de la Torá ,el libro sagrado y fundamental de la religión judía, con las leyes y relatos fundacionales del pueblo y la identidad hebrea.

En la confluencia de esas dos pasiones nació Mazal, un libro que propone una lectura inspiradora de los textos bíblicos a la luz de los conceptos y enseñanzas del psicoanálisis.

Mazal es un viaje a través de la historia para reflexionar acerca de lo esencial, del acontecer anímico y emocional, desde lo individual y lo plural.

Para conocer algo más de esta propuesta, ideal para abordar en los inciertos tiempos que corren, Palabras dialogó con Silvina Zecler.

¿Cómo surge el proyecto de Mazal? 

Yo soy abogada pero nunca ejercí porque para mi el derecho en Argentina está demasiado torcido. Después me recibí de psicóloga y a eso me dedico, y en el medio fui maestra de hebreo en colegios primarios.

En pandemia me cansé de ver las cosas que la gente hacía por Zoom, y me resultaban cada vez menos interesantes. Entonces, entre que estaba de Zoom en Zoom, con los chicos en casa, y atendiendo, me puse a escribir.

Quería escribir sobre algo que fuera diferente y esperanzador para los tiempos oscuros que estábamos viviendo y así empezó a surgir Mazal.

Soy una gran amante de la historia y sobre todo de la historia bíblica, de la Torá que estudié bastante. Empecé a escribir cosas sobre matriarcas, patriarcas, el rey Salomón, el rey David, la hermana de Moisés, que es una mujer muy importante, Miriam. Se me iban ocurriendo y los linkeaba con algún tema de psicología, siempre intentando que sea comprensible, accesible para todo el mundo, para todas las edades, quería que fuera lo más simple posible.

En el 2021, cuando terminó la pandemia, pero no la angustia, al ver ese material me contacté con Delia Cistro de la editorial El Cuento de Nunca Acabar y le comenté que tenía un material distinto: un encuentro entre la Torá y el psicoanálisis.

Así, después de mucho trabajo, a fines del 2022 terminamos de corregir Mazal.

¿Por qué Mazal? 

Esa es toda otra historia, porque después de terminar de corregir el material no sabía qué título ponerle al libro. Era un alma por nacer sin nombre, Pero como todo tiene su razón, un día, mientras estaba corrigiendo, dije: «se tiene que llamar Mazal».

Mazal en hebreo quiere decir suerte. En Israel se dice Mazal, como buena suerte, y también felicitación, felicidades. Pero a la vez, en hebreo, muchas palabras se descomponen en otras, y las tres consonantes de Mazal son las primeras letras de las palabras lugar, tiempo y corazón. Puse este título porque a la suerte hay que ayudarla, no solamente estar en el lugar y a la hora indicada, sino ponerle lo que hay que ponerle a la situación para que las cosas pasen.

Soy una convencida de que controlamos casi nada, y ese es un tema para los seres humanos, es un gran duelo que tenemos que hacer respecto a nuestra omnipotencia, pero también trabajo mucho sobre la responsabilidad respecto de lo que sí podemos controlar, de lo que sí podemos accionar en cuanto a lo interno.

Lo más importante es lo que puedas hacer con las herramientas con que contás, y después lo que es la vida, el destino, la energía, el universo, como quieras llamarlo, es otra cosa.

Y sobre esto va Mazal?

Mazal es un libro muy simple. Hay una frase que últimamente me gusta decir mucho; ser feliz es simple, lo difícil es ser simple.

Mazal es un libro verdaderamente simple para leer. Rápido, ágil, cortito, ameno, amigable, que al que no sabe nada de Torá y del mundo, de la Biblia, le va a aportar conceptos que no son ni antiguos ni modernos, sino que son eternos.

Mazal es un libro esencial en el punto de la determinación humana, de lo que nos hace justamente humanos.

Además, por el cruce que propone te va a permitir mezclar conceptos de la Torá con algún tema de psicología. de los psicoanalistas que han sido más relevantes y que han cambiado la historia del pensamiento en los últimos cien años, como Winnicott, Melanie Klein, Freud, Lacan.

Es una puerta de entrada para que al que le resuene algo, después pueda seguir buscando, pueda seguir investigando.

Es un libro que como el análisis abre preguntas y no cierra respuestas.

Mazal llega en un nuevo momento difícil

El libro ya está rodando desde abril de este año, Un año electoral marcado en general por la incertidumbre, la bronca, la angustia, Un año que además está terminando con una situación global dramática donde es muy difícil mantenerse en un estado de equilibrio, aunque sea inestable, pero medianamente equilibrado.

Yo muchas veces digo, no sé cómo seguimos flotando en el Atlántico. Cómo no nos hundimos, somos una sociedad extremadamente difícil porque rompemos, es como un paciente que está ya con todos los signos no vitales, y bueno, seguimos, y continuamos, a veces con aciertos, generalmente con desaciertos.

Eso también es un punto interesante desde la salud mental que tiene que ver con la compulsión a la repetición social. Lo que manejamos de manera individual pasa a nivel social. Lo que repetimos y repetimos sin saber, o a veces sabiendo, pero que no nos causa bienestar, sino que nos causa dolor o malestar. Y eso es un punto interesantísimo ¿Con quiénes nos identificamos? ¿Por qué nos identificamos así?

Hoy tenemos un estado de salud, uno podría decir social, económica, de educación, de seguridad, de salud, en fin, en todos los parámetros que estamos mal, muy mal.

Esperemos que podamos ir saliendo. Va a ser paulatino, nos va a llevar muchos años, pero bueno, en algún momento siempre es el primer escalón para tomar otro camino. A mismas acciones, mismos resultados. A otras acciones, podemos tener la esperanza de llegar a otros lados.

 

Además, hay como toda una cuestión con el fin de año, ¿no? esta cuestión media masoquista de los balances

El masoquismo en el ser humano es estructural. Todos tenemos una cuota de masoquismo, por eso la compulsión a la repetición, Todos tenemos una cuota en la que lamentablemente disfrutamos sufrir. Y ese es el masoquismo, el placer en el dolor. Pero yo siempre digo que esto es una cuestión de cantidad. El tema es cuánto de masoquismo tenemos, cuánto de egoísmo tenemos, cuánto de salvajismo nos maneja, cuánto de violencia.

El cuánto es muy importante, es una cuestión de cantidad. También de energía psíquica, decía Freud, lo traumático tiene que ver con un exceso de algo que nos pasa, que excede nuestra capacidad de tramitarlo. Ese es el trauma. En la última manifestación de la obra Freudiana.

Termina un año calendario. No termina la vida, no terminan las esperanzas, no terminan los proyectos. Termina un ciclo y empieza otro al otro día. Porque todos sabemos que el 31 terminamos, brindamos, saludamos, dependiendo de cómo ha sido este ciclo, que empiece y termine porque necesitamos también un orden.

Pero todavía, por suerte, tenemos la esperanza de volver a levantarnos, de que el sol volvió a salir y que es un nuevo día para intentarlo. Intentar lo que no lograste, en el caso de la frustración. Aprovechar y reconocerte lo que sí lograste para desear, porque el deseo es fundamental.

El deseo es un indicador. Cuando una persona no tiene deseos, no tiene proyectos, no tiene incentivos, es una persona que fácilmente puede caer en un estado de depresión.

Cada uno tiene sus niveles de expectativas en la vida. Cada persona es absolutamente única, y esto sí que no es un cliché. Entonces, en principio, yo no cargaría tantas expectativas, pero está bueno terminar los ciclos y está buenísimo prepararse para uno nuevo, porque eso es la esperanza.