A veces las vacaciones pueden convertirse en un trabajo, así tengan características distintas a las que realizamos durante todo el año.
Enrique Ardila Ardila* Médico profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de
Colombia. Especialista en periodismo de la Universidad de los Andes. Bogotá - Colombia 11 de enero de 2004
Sería ilógico pensar que las vacaciones, consideradas temporada de
descanso, puedan generar patologías que generalmente se le atribuyen al
estrés por exceso de trabajo.
Sin embargo, esta afirmación no es tan descabellada.
A veces las vacaciones pueden convertirse en un trabajo, así
tengan características distintas a las que realizamos durante todo el año.
Aún más, lejos de hacernos descansar de una intensa actividad laboral,
pueden incluso aumentar los niveles de tensión, provocando un cansancio
mayor al generado por las extenuantes jornadas de trabajo.
Si durante las vacaciones las personas organizan una agotadora agenda, que
incluye paseos por parques, museos, mar, playa, bicicleta, trotes y noches
de baile durante todos los días, lo único que se estará modificando es el
tipo de compromisos y no una serie de actividades para lograr el descanso
deseado.
De hecho, todas las personas deberían saber que durante las vacaciones
muchas de las rutinas de vida habituales deben ser tomadas con mayores
cuidados, puesto que el organismo necesita adaptarse a un nuevo tipo de
vida que incluirá cambios en la alimentación, agua, clima y actividades.
Algunos especialistas piensan que si no se tienen en cuenta estas
precauciones, pueden producirse trastornos relacionados con la digestión
(es muy famosa la diarrea del viajero llamada en algunos sitios "la
venganza de Montezuma"), infecciones respiratorias o ginecológicas,
problemas cardiovasculares, molestias musculares y osteoarticulares,
ansiedad, miedo y hasta depresión, las cuales, a su vez, generan malestar
al regresar al trabajo.
Una forma errónea de liberarse del estrés durante el receso laboral es
mantener la misma inflexibilidad a la que mucha gente se ve sometida en el
trabajo.
Si bien es cierto que al lugar de trabajo está prohibido faltar,
en las vacaciones se deberá tener la opción de ir o no a la playa, al
museo o a la exhibición, o quedarse en la casa leyendo, y no hacer lo que
le gusta solo "porque hay que pasarla rico" o porque "el día está muy
bonito".
Estas actividades deben programarse teniendo en cuenta tanto los
pasatiempos como las reales necesidades de descanso.
Síndrome posvacacional
Así como el descanso puede generar las mencionadas patologías, al regresar
a la actividad laboral ese mismo receso ocasiona lo que se conoce como el
síndrome posvacacional.
Este trastorno se produce por un cambio en nuestro
biorritmo, es decir, el que está relacionado con las actividades de la
vida diaria, tales como horarios de comer y dormir y, por supuesto,
trabajar.
El síndrome posvacacional se presenta de diversas maneras.
Lo común es
padecerlo al regreso de las vacaciones y se caracteriza por una debilidad
generalizada, astenia e incluso pérdida del apetito.También se presenta
con insomnio que se mezcla con somnolencia durante el día.
La capacidad de trabajo se ve disminuida con sensación de desidia y hastío, y en otras
ocasiones, angustia.
La concentración como la capacidad de tomar decisiones se ven deterioradas.
El remedio para esta patología, más de tipo psicológico, está en prevenir
su aparición.
Una de las cosas más importantes es crear una rutina durante
las vacaciones, lo cual permite conservar el biorritmo y al final de la
temporada de descanso, mantener un poco los hábitos acostumbrados.
Si al regresar a la actividad laboral encontramos demasiado trabajo
represado lo menos recomendable es realizar todas las labores al mismo
tiempo, que, además de no funcionar, ocasionan angustia y más estrés.
Lo más apropiado es tratar de organizar la agenda con un orden de prioridades
para evitar ser víctimas del síndrome posvacacional.
Si tomamos en cuenta las anteriores observaciones podremos disfrutar de un
plácido descanso, ya sea con la familia o los amigos, en casa o fuera de
la ciudad y regresar a las actividades laborares con las pilas recargadas
y llenos de energía para comenzar un nuevo año de trabajo y éxitos.
Recomendaciones importantes
Con el objeto de evitar problemas de salud durante la temporada de
vacaciones y regresar al lugar de trabajo completamente renovado, es
importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones prácticas,
especialmente si el descanso se hace en lugares turísticos:
Hacer una visita al médico antes de iniciar el receso laboral.
Llevar las medicinas que se estén tomando, pues éstas no salen a
vacaciones.
Preparar un pequeño botiquín con medicamentos e implementos de primeros
auxilios, tales como medicinas para el dolor, la diarrea, la fiebre y el
mareo; así como desinfectantes tópicos, vendajes elásticos, curitas,
esparadrapo y gasa.
Es importante no olvidar las tarjetas de seguro médico: son necesarias en
caso de presentarse alguna emergencia.
Portar el seguro de viaje, así como los certificados de vacunación, y
llevar a la mano el número telefónico de su médico.
Si el viaje es a un país lejano, del cual poco se conoce, enterarse de los
recursos que existen en materia de salud.
Organizar adecuadamente la rutina diaria para que el biorritmo no se
altere y que al regreso del descanso el cuerpo no sienta un brusco cambio
de hábitos.
Programar actividades físicas que no excedan la intensidad de los hábitos
deportivos a los que el cuerpo está acostumbrado, pues de lo contrario se
generaría un cansancio mayor al de una jornada laboral.